viernes, octubre 26, 2012

FORMACIÓN PERMANENTE DEL CLERO - CORIRE

La Formación Permanente es un tema amplísimo y complejo; incluye las diversas etapas de la vida, las diferentes dimensiones de la formación sacerdotal, la especificidad del ejercicio del ministerio en la Prelatura de Chuquibamba, el Magisterio de la Iglesia y los retos actuales.

El Magisterio de la Iglesia sobre la formación permanente del Clero nos dice en el número 70 de la Exhortación apostólica Pastores Dabo Vobis, partiendo del fundamento bíblico (2 Tim 1, 6).

"Te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti". Nos dice: "La formación permanente encuentra su propio fundamento y su razón de ser original en el dinamismo del sacramento del orden".

El Obispo como responsable de la formación permanente, busca que todos sus presbíteros sean fieles al don y al ministerio recibido, como el Pueblo de Dios los quiere y, tiene el derecho de tenerlos; esta responsabilidad del Obispo en comunión con su presbiterio debe hacer un proyecto y establecer un programa capaz de estructurar la formación permanente, no como mero episodio, sino como propuesta sistemática de contenido que se desarrolle por etapas y modalidades precisas (Cf. PDV 79).

El Objetivo es: "Fortalecer la vida sacerdotal en el presbiterio de la Prelatura de Chuquibamba, basada en el encuentro con Cristo vivo, mediante la conversión para que nos configuremos con Cristo Buen Pastor, teniendo en la Eucaristía fuente inagotable de la comunión para ser discípulos misioneros eficaces en la construcción del Reino de Dios".

Las cuatro dimensiones de la formación permanente (humana, espiritual, intelectual y pastoral) se realiza en forma integral, de modo que existe una interacción entre ellas, que hay que estudiar ampliamente.












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